Una posible clasificación aplicable en principio a todas las especies domésticas sería la siguiente:
Secuencias de agresividad:
Competitiva: se manifiesta cuando dos individuos intentan acceder al mismo recurso a la vez o cuando intentan establecer una relación de dominio-sumisión.
Maternal: se manifiesta en respuesta a un estímulo que supuestamente amenaza a las crías.
Por miedo: se manifiesta en respuesta a estímulos que suponen una amenaza para el animal y preferentemente cuando éste no puede huir.
Aprendida: puede ser consecuencia de enseñar a los perros a ser agresivos. Sin embargo, se puede producir exactamente con la misma facilidad cuando otras causas de agresión son reforzadas, sin querer, por el dueño. Siempre que se refuerce una conducta (mediante caricias, palabras, o contacto físico), el perro volverá a repetir esta conducta. Cada vez que se habla con voz suave o regañando a un perro que gruñe, se está reforzando su conducta de gruñido, y el perro la repetirá.
Por juego: es una conducta normal en los perros jóvenes, que necesita ser controlada debido al posible peligro para los miembros de la familia y para los demás animales de compañía. Deben ser enseñadas las limitaciones del juego a los cachorros. Los cachorros que no reciben las cantidades adecuadas de ejercicio son los que probablemente presenten problemas. La agresión por juego incontrolada posiblemente pueda conducir a formas de agresión dominante y aprendida, a medida que el perro se hace adulto, así como a ser peligrosos para los niños de corta edad y para los ancianos.
Por dolor: se manifiesta en respuesta a estímulos dolorosos.
Intrasexual: se manifiesta espontáneamente en respuesta a la presencia de individuos de la misma especie y sexo. Más frecuente en machos que en hembras.
Territorial: se manifiesta cuando un individuo de la misma especie invade el área normalmente ocupada por otro individuo o grupo. En el perro puede dirigirse hacia el ser humano.
Redirigida: se manifiesta en presencia de un estímulo que desencadena cualquier tipo de conducta agresiva, pero al ser ese estímulo, inaccesible para el animal, la agresividad se dirige hacia un estímulo alternativo.
Predatoria: la predación es una conducta normal en los perros, que sin embargo cuando se aplica a la familia y a los animales domésticos causa importantes problemas que deben ser corregidos. Esta conducta puede ser estimulada por la actividad de las personas que hacen footing, de los ciclistas, de los niños que juegan o de los automóviles que circulan. La predación no va precedida de una fase de amenazas, pues sería contraproducente para la conducta en sí.
Algunos consejos de cómo evitar el comportamiento agresivo en nuestros perros.
1. Seleccionar animales entre los que no procedan de padres con estos problemas.
2. Elegir la raza, sexo y tamaño convenientes para el tipo de dueño y ambiente donde vivirá.
3. Demostrar quién es el dominante en la época de desarrollo.
4. Entrenamiento adecuado. Oponerse inmediatamente a un comportamiento agresivo, impidiendo cualquier amenaza.
5. Evitar las caricias excesivas, sobre todo si el perro tiene tendencia a ser dominante.
6. No acariciar a nuestro perro cuando es él, el que lo solicita de forma activa.
7. Evitar el juego duro. Los juegos incrementan la excitabilidad e incitan la competitividad, rivalidad, la agresión y la dominancia, así como la tendencia a morder. 8. Es conveniente dedicar cada día 10 minutos a ejercicios de obediencia y entrenamiento con correa.
9. No molestar al animal mientras come o descansa.
10. Situar su plato de comida en un lugar donde pueda comer solo para evitar enfrentamientos.
11. Eliminar todo tipo de castigo, ya sea físico o verbal.
12. No manipular o forzar al perro físicamente.
13. Comenzar cualquier entrenamiento después de las 8 semanas de edad.
14. Evitar los entrenamientos sin fundamento ya que pueden conducir a un pobre aprendizaje, frustración y problemas de conducta.
Un saludo.
viernes, 14 de agosto de 2009
Secuencias de agresividad:
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